Desde el holandés Frans Post, que pintó en el siglo xvii los paisajes de Pernambuco, hasta los decimonónicos Facchinetti, Calixto y Brüggemann.
Me imagino los ojos bien abiertos de Frans Post frente a la exuberancia tropical.
Joseph Brüggemann (no encontré datos) pintó una vista de Florianópolis. El detalle tiene un no sé qué japonés. Me hace acordar a los grabados que mostraban el puerto de Yokohama en la segunda mitad del siglo XIX.
Este es el cuadro completo (en Wikipedia).
Otro pintor que llegó del frío. Nicolau Facchinetti, que había nacido en Treviso, pintó a fines del XIX una casa de cuarentena en Ilha Grande (pas mal el lugarcito para estar en cuarentena). A diferencia de Post, que se volvió, Facchinetti se quedó y murió en Río de Janeiro.
Benedito Calixto, que sí era brasileño, pintó la rampa del puerto de Bispo, en Santos, de un lado y del otro. Yo habría hecho lo mismo. Almas gemelas.
Link al blog de la lindísima colección Cisneros de pintores viajeros acá.